Los alumnos más capaces son aquellos que aprenden a mayor ritmo, con mayor profundidad y mayor amplitud que sus iguales, sobre todo si encuentran en familia y profesores el apoyo y la guía adecuados.
Un 10% de los niños tiene altas capacidades intelectuales. No hablo sólo de un CI de 130 o más, porque la teoría de las inteligencias múltiples de Gadner nos hizo ver que existen muchos tipos de inteligencia. Tenemos los talentos simples, que destacan sólo en un área (verbal, matemática, creatividad…), los talentos complejos que destacan en varias, y los superdotados que destacan en todas.
Se plantean preguntas que otros niños no se hacen (como por ej. un niño de 5 años que preguntó: ¿cómo hacen las abejas para hacer unas veces cera y otras miel?). Tienen más miedos, porque entienden intelectualmente temas que emocionalmente no pueden asimilar, como preocuparse por la muerte a los 3 años.
Ser padre no es fácil. Si además el niño es diferente de algún modo, menos aún. Porque muchas veces lo que los niños se van a encontrar por el hecho de ser diferentes es incomprensión y rechazo, que empieza en forma de motes: empollón, diccionario, calculadora humana…Duelen a los niños que los reciben, pero creo que deberían dolernos a todos, porque ¿Qué sociedad tenemos que critica al que quiere aprender, al que es inteligente?
Como padres tenemos que aceptarlos tal y como son, apoyarlos para que se atrevan a ser ellos mismos y para que salgan a un mundo que quizás les haga daño. Es difícil, pero es lo que hay que hacer. No porque tengan altas capacidades, sino porque son niños. Y ni ellos, ni nosotros, han elegido ser como son.
Después de la familia, el siguiente paso es la escuela. El sistema educativo clasifica a los alumnos por edad, lo que junta en una misma aula cabecitas que pueden estar a niveles muy diferentes. Y educar en igualdad, es darle a cada uno lo que necesita. Los alumnos con altas capacidades necesitan retos. Necesitan que se responda a sus preguntas difíciles sin pensar que las hacen para fastidiar o para cuestionar la autoridad del profesor. Necesitan crear, inventar y experimentar.
Un 30% fracasa y no obtiene el título de ESO, un 60% no obtiene el de bachiller o equivalente y un 70% no consigue un título superior. La fuga de cerebros no empieza cuando un licenciado universitario con un expediente brillante se va a trabajar al extranjero. La fuga de cerebros empieza cuando un alumno potencialmente brillante abandona el sistema educativo sin completar los estudios que hubiera querido tener.
Si encuentran apoyo en la familia y en la escuela, se atreverán a mostrarse tal y como son en la sociedad. Ya no habrá un currículo que les limite y podrán desarrollar sus temas de interés hasta donde ellos quieran: escritura, animales marinos, robótica…
¿Estamos preparados para tener un hijo, un alumno, un vecino, un compañero de trabajo o un amigo con altas capacidades? Para aceptarlo tal y como es. Para darnos cuenta de que lo que piensa, dice y hace, no es por sentirse superior, sino porque es así. Y necesita nuestro apoyo para atreverse a sacar lo mejor de sí mismo y contribuir así a una sociedad mejor.
Os invitamos a ver el vídeo completo de la charla.
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