En el día internacional de la mujer desde CONFINES queremos destacar un hecho que se constata cada año cuando el Ministerio publica los datos sobre la detección de Altas Capacidades: la gran diferencia entre sexos. El porcentaje de niños identificados con altas capacidades es mucho mayor que el de niñas en todas las comunidades.
Los estudios sobre Altas Capacidades, sin embargo, no refieren diferencias en cuanto a la distribución de la inteligencia por sexo. Es por ello que necesitamos poner el foco en este tema para tratar de equilibrar los porcentajes de identificación.
Las razones se comentan y debaten con frecuencia en jornadas, congresos y seminarios y son variadas. Anotamos a continuación algunas de las mas repetidas.
- Mitos y estereotipos.
- Expectativas tanto de padres como de profesores.
- Deseo de no destacar.
- Capacidad de adaptación.
- Bajo nivel disruptivo.
- Síndrome de abeja reina.
- Síndrome del impostor.
- Falta de modelos femeninos en los libros de texto.
- Menor difusión de los logros de grandes mujeres.
Como consecuencia, muchas niñas son ignoradas en el sistema educativo y también en las familias que, con frecuencia, vuelcan los esfuerzos en los chicos. Esto nos lleva a encontrarnos mujeres con baja autoestima, que han sufrido bulling, con trastornos alimenticios, ansiedad o depresión etc. Como adultas no encuentran su lugar y acaban realizando trabajos que no están a la altura de su potencial inicial.
Es por todo esto que pedimos un esfuerzo a todos los niveles educativos y asistenciales para buscar y encontrar a las niñas de Altas Capacidades.
A continuación os mostramos la experiencia de una madre de 3 niñas de Altas Capacidades, luchadora y gran mujer. Su fuerza y creatividad le han servido no sólo para defender a sus hijas frente al sistema educativo sino que además le han convertido en escritora. Empezó con una novela romántica de la que prepara una segunda parte “Rojo Venecia” está a punto de publicar una historia sobre acoso escolar “En aquel banco”.
Aquí se puede ver una entrevista sobre su libro Rojo Venecia.
“Las niñas con una capacidad intelectual por encima de la media suelen mimetizarse, esto significa que no demuestran en el aula sus conocimientos. Son tan inteligentes, que prefieren pasar desapercibidas y no tener problemas. La niña que en el aula es una más, porque no quiere destacar, suele padecer desequilibrios emocionales y somatización. Esto sucede porque no encuentran el apoyo necesario. Pero ¿qué ocurre cuando es todo lo contrario?
Mi hija nunca tapó lo que sabía; desde muy pequeña despuntó. Ella fue la primera de su clase en aprender a leer perfectamente. Al principio, lo veían como un logro, tanto niños/as como adultos. Más tarde, algo cambió. Algo tan duro que ya en 1º de primaria, consiguió que el vacío fuera su compañero de clase. Siguió leyendo y aprendiendo. Era la listilla, la que lo sabía todo. En casa sus mejores juguetes eran los cuentos primero y los libros después. Investigaba, hacía trabajos y no le gustaba jugar. No supimos que poseía alta capacidad hasta 3º.
Creo que, entre ella y sus compañeros, para entonces, se había abierto tal brecha que nunca se cerró. Tal vez de haber nacido niño, todo hubiera sido diferente. Seguro. Conozco niños que aun siendo tan inteligentes como ella, jamás tuvieron que justificar porqué sabían tanto”. Estibalitz Tijero.
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